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Hoy me apetece hablar del filósofo Jeremy Bentham, cuyo cuerpo descansa (lo juro) en los pasillos de la University College London.

Bentham (1748–1832) es uno de mis filósofos favoritos. Niño prodigio, jurista, economista, abogaba por profundas reformas sociales. Se le conoce principalmente por ser el padre del utilitarismo, la doctrina filosófica que se basa en juzgar cada acto según la utilidad que tiene.

Para el utilitarismo, la mejor acción es aquella que maximiza el bienestar para el máximo número de personas posible. Bentham lo describió como la suma de todo el placer que resulta de una acción, menos el sufrimiento de quien está envuelto en esa acción.
Bentham era un progresista incluso para los estándares actuales. Abogaba por libertades económicas e individuales, separación Iglesia-Estado, libertad de expresión, sufragio para las mujeres (en 1789!!), divorcio y despenalización de la homosexualidad, pedía la abolición de la esclavitud, la pena de muerte…Consideraba que el sistema penal tenía que servir para rehabilitar, no castigar, y dejó sentadas las bases para una democracia representativa, con énfasis en la participación y gobierno abierto, que tan de moda está ahora.
Entre sus alumnos más famosos están Stuart Mill (el puto amo, otro día hay que hablar de él) o Robert Owen, (el hipster del socialismo). Leedlos, que valen la pena.
Pero vamos al cadáver, que he prometido gore. Pues resulta que en los pasillos de la University College London, como ya he dicho al principio, está su cuerpo, sentado en una silla, con una reproducción de su cabeza hecha en cera. ¿Pero por qué una cabeza de cera si yo he prometido una cabeza MOMIFICADA?
Pues veréis. En su testamento, Bentham dio instrucciones detalladas sobre lo que tenía que hacerse con sus restos. Tenía que disecarse de una manera muy específica y dejarse a la vista de todo el mundo, no se sabe muy bien por qué.
Del cuerpo sólo se tenía que mantener el esqueleto, vestido con un traje negro, rellenado con paja cual espantapájaros, sentado en una silla y con su bastón en la mano…